Como la vida misma

En este amanecer
el sol parece renacer,
luce brillante en lo alto,
parece que está enamorado.

Dos pajaritos se encuentran volando,
mientras se conocen se van gustando,
inconscientemente ya se han besado,
dulces y tiernos se van enamorando.

Revolotean felices por un cielo azul,
mientras el sol les baña con su luz.
Ellos mismos se alimentan del amor
y disfrutan sin rubor de la pasión.

Una bonita historia de amor,
que ese lindo día sucedió,
el sol contento la contempló,
y vio todo lo que ese día ocurrió.

Cuando la tarde llegó
uno de ellos se enfadó.
Parecía que aquel amor
de pronto se desvaneció.

Pero persistía en cada corazón,
aunque poco a poco se debilitó,
y aunque muchas veces se intentó
arreglar aquella situación,
lo inevitable sucedió…

Poco a poco el viaje del sol finalizó,
el pajarito se marchó y ya no volvió,
Su mujer hasta tarde le esperó,
enamorada y sin corazón,
pues esa misma mañana se lo regaló
y sin darse cuenta lo perdió.

Y es que cada mañana, el sol se ve muy lindo,
pero a medida que pasa el día, el sol pierde su brillo.

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