Sentiversos: Cautividad animal, ¡basta ya!

30 septiembre 2016

Cautividad animal, ¡basta ya!

Como ya es bastante común, me imagino que la mayoría de los lectores que dediquen su atención a este artículo habrán visitado alguna vez un zoológico. Supongo que, si no lo han hecho de muy pequeñitos, se acordarán de ver a los animales dentro de las jaulas, de sacarse fotos con ellos, de ver algunos espectáculos y de escuchar charlas sobre el bienestar del que gozan los animales en estos lugares...
¿Alguien se ha parado a pensar sobre las condiciones reales en las que viven esos animales? ¿Saben cómo llegan al zoo? 
Bueno, pues muchos de esos animales, son capturados en su hábitat natural cuando son aún pequeñas crías indefensas, son separados de sus familias en un proceso sumamente traumático y cruel, y en muchos casos matan a sus madres para conseguirlo. 


Luego los trasladan en pésimas condiciones al zoológico de destino, donde los meten en un espacio muy reducido, obligándoles a convivir con otros animales que no pertenecen a su familia, lo cual provoca numerosos conflictos de diversa gravedad.


¿Y qué hay de los animales que se utilizan para realizar espectáculos diarios, como los delfines, los leones marinos y las orcas? Pues se les entrena con técnicas tan crueles como el maltrato físico, la amenaza, los insultos y el hambre, entre otras. Por lo que se ven obligados a obedecer, realizando día a día numerosos espectáculos que les causan estrés. Sin nombrar el uso de drogas de todo tipo con el objetivo de paliar las reacciones violentas y mermar las capacidades de defensa de estas especies durante el proceso de entrenamiento.


Por otro lado, para cumplir el programa de reproducción, cuando al zoo le conviene, se procede a masturbar a los machos de algunas especias con el fin de inseminar algunas hembras en contra de su voluntad. Todo ello sin respetar los ciclos de reproducción naturales, lo que provoca casos de rechazo, abandono, o, incluso ataques hacia sus propias crías.


¿Y si una cría no resulta ser tan adorable como para ser rentable? Pues el zoológico la sacrifica aunque esté sana. Un caso similar y de gran relevancia mediáticas ocurrió en el zoo de Copenhague, en el año 2014, cuando decidieron sacrificar a una joven jirafa sana ante la atenta mirada de niños y adultos, alimentando a los leones con sus restos. Más tarde, esos mismos leones también fueron sacrificados junto a sus dos cachorros, sin motivo justificado.





Estos son solo algunos ejemplos de la realidad que se esconde tras el negocio de los zoológicos.
Ahora que lo sabemos, ¿vamos a seguir acudiendo a estos lugares? ¿Vamos a seguir siendo cómplices del sufrimiento de animales indefensos solo por un día de diversión? ¿Vamos a seguir alimentando al pez gordo que se infla los bolsillos manteniendo a animales salvajes encerrados en pocos metros cuadrados?
Yo no, y espero que ustedes tampoco.


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Cautividad animal, ¡basta ya! by Laura Zerpa Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
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