Sentiversos: Hablemos de porno

17 junio 2021

Hablemos de porno

Comencemos con esta noticia de hoy:


No es el primer caso que se da.

Las violaciones, los abusos y el acoso sexual entre convivientes o miembros de la misma familia son muy comunes y habituales, pero hay mucho silencio, tabú y miedo.

Son situaciones muy traumáticas que afectan a las mujeres de cualquier edad, incluso menores de edad y que muchas veces no se denuncian, se normalizan, se guarda silencio por miedo y eso deriva en un trauma de por vida en el caso de la víctima.


La educación no se limita a las asignaturas que se imparten en las aulas de colegios, institutos, universidades y demás centros académicos. 

La educación de cada persona comienza desde antes de nacer (al asignar color en función del sexo también se educa y se perpetúan los roles de género) y constituye todos los comportamientos, ejemplos y enseñanzas que adquiere ese individuo por parte de su entorno familiar, social, académico, etc.

Debemos tener el cuenta el gran impacto y la innegable importancia de juegos, vídeos, televisión, etc. Dibujos animados, películas, documentales, series, programas, videojuegos, música. Todo este material multimedia también influye en el crecimiento, el desarrollo y el pensamiento de cada individuo.


No es ninguna sorpresa que los niños empiezan a manejar sus primeros dispositivos electrónicos con muy corta edad, algunos incluso siendo aún bebés. La tablet, el móvil, el ordenador, la televisión. 
Pasan horas absorbiendo la información que observan en esas pantallas.

Crecen rodeados de multimedia y es muy común que con tan solo 10 años ya tengan su primer móvil propio con acceso a Internet. No solo eso, sus amigos también y pueden intercambiarse entre ellos un sinfín de páginas, vídeos, enlaces, etc. de forma descontrolada y sin filtro.

Con 13 o 14 años ya entran en la pubertad y experimentan muchísimos cambios hormonales, lo que les lleva a una gran inquietud por descubrir nuevos mundos. 

El sexo se abre ante ellos como un mundo morboso y muy atractivo, no dejan de hablar sobre ello y buscan información, hasta que escuchan la palabra porno por alguno de los mil medios que los bombardean diariamente y, de repente, entran en internet y descubren qué es el porno.

Sí, comienzan a ver sus primeros vídeos siendo dulces e inocentes niños de apenas 13, 14, 15 años. Una locura.


Viendo porno los niños aprenden qué se supone que deben hacer, qué patrones deben seguir, cómo se deben comportar, cómo deben tratar a su pareja, etc.

La falta de educación sexual por parte de muchos centros académicos, por parte de la sociedad en sí y por parte de los propios padres al considerarlo un tema tabú tiene consecuencias como que una niña se asuste y piense que se está muriendo cuando le baja la regla por primera vez, que no sepa cómo gestionar ese momento ni qué hacer. Que un niño se escandalice al ver una mancha de sangre en el pantalón de su compañera de clase o que se sonrojen y se rían cuando escuchan la palabra "compresa".

Esta carencia de educación sexual y de negación de información básica que los chicos necesitan a esas edades les propicia a buscan otras fuentes de información en Internet. Asumiendo el porno y esos vídeos como lo normal, como lo que deben hacer, como lo que todo el mundo hace.

Así establecen sus deseos y sus gusto, así comienzan a experimentar que se tienen que poner cachondos con chicas guapas que tienen las tetas grandes, el culo grande, los labios carnosos y el pelo largo para poder azotarles, halarle del pelo y escupirles.

Porque eso es lo que ven y lo que escuchan en numerosas canciones, no solo en el género del Reggaeton.


Crecen asumiendo que el hombre tiene el poder, que el hombre decide y que la mujer acepta, asume y obedece de forma complaciente.
Por eso, al llegar a los 16, 17 y 18 años empiezan a desarrollar y poner en práctica esos comportamientos, con los patrones que han asimilado como normales.

"¿Y si me levanto muy cachondo y estoy con mi madre en casa?... Me la follo."

Así funciona en sus mentes, porque no entienden ni se plantean que eso no es lo correcto, porque no han visto otra cosa, porque no han recibido otras respuestas, porque no han sido educados correctamente.

Esto nos pasa también a las mujeres que, aunque de forma más secreta y tabú, también consumimos porno y nos pasa lo mismo que a los chicos: asumimos como ejemplo lo que vemos que hacen las chicas en esos vídeos: dejarse escupir, jadear, dejarse golpear, ser abofeteadas o azotadas, ser sumisas, complacer al hombre, darle placer y dejar el nuestro en segundo plano... 


De ahí nacen muchísimos casos de acoso, abuso o violencia sexual intrafamiliar que son silenciados por miedo mientras una víctima sufre en silencio la tortura de un trauma de por vida. 

Otros casos se denuncian públicamente escandalizando al lector de la noticia o al espectador de los informativos.

Pensamos "ese chaval está mal de la cabeza, es un enfermo, es un degenerado, es un salido, un cachondo, no tiene autocontrol...".

Nos equivocamos, no están enfermos, son hijos sanos del patriarcado, al igual que los autores de los numerosos casos de violencia machista que vemos a diario.


El porno tiene un impacto gravísimo en el desarrollo de nuestros deseos y éste a su vez en nuestra vida teniendo consecuencias tan graves como la perpetuación de la violencia de género.

Por eso es tan importante pararse a pensar, reflexionar, plantearse y cuestionarse absolutamente todo. ¿Cuál es el origen de lo que hago, por qué lo hago, por qué la sociedad en la que vivo es como es?

Somos el resultado de nuestro contexto económico, social, familiar, académico, geográfico, etc. Eso es innegable, todo nuestro entorno y nuestras experiencias nos influyen y nos van formando como personas únicas. Así se desarrollan nuestras emociones, ideas, valores, pensamientos y comportamientos.


Es responsabilidad de la sociedad y de cada uno comprender que sólo mediante el estudio, la información y la madurez se aprende lo que está bien y lo que está mal.
Por mucho que nos hayamos criado en una sociedad patriarcal, matar a una mujer esta MAL, violar a una madre está MAL, amenazar a una novia está MAL, acosar a una chica está MAL. Para eso no se necesita más que tener sentido crítico, contrastar la información, actuar con sentido común y ética, y una educación en valores bien aplicada. 


Pensarás "¿Cómo va a tener sentido común un crío de 12 años que no sabe nada del mundo y que ni siquiera es capaz de leerse un libro o ver un documental, se aburren y ni siquiera quieren aprender?" 
Mi respuesta: "Todas esas características son consecuencia de su entorno, de su educación. La solución es deconstruirse y cambiar. Un proceso lento, complicado y que requiere mucho esfuerzo por parte de todos, pero que es necesario".

"Si nos hemos criado en una sociedad patriarcal cómo pretendemos salir del patriarcado. Nos rodea a diario, es inevitable... Es lo que hay".

No.

Se sale del patriarcado leyendo, estudiando, formándote, informándote y cambiando pequeños detalles que detectes en tu propio comportamiento. Todo cambio empieza por uno mismo. Yo antes reía chistes machistas y era incapaz de ver lo que había tras un piropo, ahora no lo tolero y con ello sirvo de ejemplo a mi entorno.


No se puede dar todo por hecho y aceptar todo sin más. Hay que trabajar y hacer un esfuerzo de deconstrucción de nosotros mismos, si no seremos marionetas manipulables el resto de nuestras vidas y no lograremos que nuestra sociedad mejore ni avance.

Las mujeres y los hombres tenemos que entender de dónde vienen ciertos deseos, patrones o comportamientos y el impacto o la consecuencia que esto tiene.
Cada uno tiene sus gustos en cualquier ámbito y que no tenemos porqué fustigarnos a causa de nuestro deseo pero sí conocer porqué se produce y qué consecuencias tiene. Hay que extrapolar.

Que tengamos la violencia de género normalizada e interiorizada no significa que debamos aceptarla, normalizarla o que esté bien. No.


Yo me depilaba cada semana hasta que detecté que lo hacía para complacer a los demás, por presión social, y que en realidad me sentía más cómoda sin depilarme tan a menudo y dejé de hacerlo. Es un ejemplo de deconstrucción. Sí, son pequeños detalles, pero así comienza el cambio.

Si no nos hubiéramos cuestionado nada, muchas no seguiríamos vivas, ninguna podría votar, ni trabajar, ni conducir, ni salir a la calle sin permiso de su marido, nos estaríamos casando muy jóvenes, siendo casi niñas y nuestro único objetivo en la vida sería procrear y cuidar de nuestros maridos y nuestra familia.

Si no nos hubiéramos cuestionado nada no estaríamos luchando por nuestra LIBERTAD y nuestros DERECHOS.

¿Y tú, consumes porno?
Cuestiónatelo TODO y cambia el MUNDO.

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