Sentiversos: No digas adiós, di hasta luego.

21 septiembre 2015

No digas adiós, di hasta luego.

Adiós. 
Una palabra tan fea como devastadora. "Adiós" es un punto y final, sin retorno, no es "hasta luego", "adiós" es "hasta aquí". Punto y final a un día, a un momento, a un encuentro, a una fiesta, a una reunión, o a una historia. En este último caso esa simple palabra resulta demasiado difícil de pronunciar, ¿cómo decir adiós a una historia, que duró x tiempo y que compartiste con otra persona, la cual en algún momento significó algo o más para ti? 
Sin duda esas sílabas se hacen eternas, te queman en la garganta intentando no salir por tu boca y tu corazón las retiene albergando la más remota posibilidad de que todo cambie y así evitar pronunciar esa dichosa palabra. Pero llega ese momento, ¡maldita sea! Pronuncias esa palabra, regalas esa última mirada llena de lástima y esperas, y lo que ves en su cara es desilusión, es dolor, pero también es resignación. Esa resignación que os obliga a ambos a estar conformes y a aceptar el final, a aceptar que todo aquello que en algún momento vivisteis y sentisteis ha llegado a su final, que todos los días bonitos y especiales se han acabado y que esa etapa maravillosa de vuestras vidas ha llegado a su punto y final. Así que bajas la mirada y te obligas con todas tus fuerzas a dar media vuelta y seguir tu camino sin mirar atrás, ¿o tal vez si? Sólo una última vez, te mueres por mirarla otra vez, "sólo una vez más", te dices, pero tu cerebro grita: "¡Ni se te ocurra mirar!", ¡No mires!", ¡Sigue andando!"... Entonces tienes dos alternativas: mirar, y comprobar si esa persona sigue plantada allí, o si por el contrario ha dado media vuelta y sigue caminando; o seguir, y torturarte para siempre con "y si..." mientras cada paso va apagando lentamente las remotas ilusiones que tu corazón tenía de que esa persona viniera corriendo y te abrazara por la espalda disuadiendo esa triste palabra. 
¿Qué quiero decir con esto? 
Que no digas adiós si no estás completamente seguros de que quieres cerrar ese capítulo de tu vida para siempre. A veces es mejor decir hasta luego aunque no estés seguro de lo que pueda pasar y en el fondo estés muerto de miedo. A veces es mejor estamparse contra un muro a toda velocidad y morir en el intento que mirar ese muro toda la vida pensando "¿y si no era tan duro como parecía?". Y sobre todo, nunca, nunca, nunca jamás digas adiós a quien amas de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario