Sentiversos: Sobre Samanta Villar y su "instinto maternal"

03 febrero 2017

Sobre Samanta Villar y su "instinto maternal"

Hace una semana, la famosa periodista que protagonizaba el programa "21 días" realizó una entrevista con el objetivo de presentar su nuevo libro "madre hay más que una" e hizo una serie de declaraciones sobre la maternidad que no dejaron indiferente a nadie. En seguida, las redes sociales se llenaron de comentarios en respuesta a sus declaraciones y hoy, yo me animo a dar mi opinión.

No voy a criticar a esta mujer ni la voy a ofender o tacharla de mala madre, porque no conozco sus circunstancias personales y porque la respeto como a cualquier otra persona. Sin embargo, no deja de sorprenderme que una mujer que ha anhelado tanto la maternidad, que ha perseguido durante años el objetivo de convertirse en mamá y que incluso ha televisado todo su embarazo como si de una trepidante aventura de interés mundial se tratara, se queje ahora de que lleva 10 meses sin dormir.

Yo me convertí en madre a los 19 años, y tuve la suerte de que mi bebé duerme bastante bien por las noches. Aunque eso no me ha librado de pasar noches en vela porque estuviera malito, de soportar patadas y golpes durante el colecho ahora que tiene 2 años y de subirme al coche de madrugada para llevarlo al materno cuando al día siguiente tengo que estar en clase a las 8 de la mañana.
Sé que no es lo mismo tener un bebé que tener dos, o tres, o cuatro y más aún cuando son gemelos, mellizos, trillizos o lo que sea. El trabajo se multiplica y todo es más complicado, por supuesto. Pero es algo que asumes cuando deseas convertirte en madre. Un bebé no es un muñeco al que le das de comer, le haces eructar, le cambias el pañal y listo, a dormir todo el día sin molestar a mamá. Un bebé coge berrinches, se pone malo, se encapricha, se enfada, llora, grita, se vomita o se siente incómodo y no siempre tiene una tierna sonrisa que brindarte.

Es cierto que eso de que el culmen de la felicidad de una mujer es la maternidad me parece excesivo y falso. Hay mujeres perfectamente felices que sienten que su vida está completa y que ni son madres, ni se lo plantean, ni quieren serlo. Esto es perfectamente aceptable, cada persona es libre de elegir qué quiere hacer con su vida, si quiere ser madre o no. Pero creo que es un error decir que una se ha tirado a la piscina de ser madre porque escuchaba historias fascinantes sobre lo maravilloso que era...
Una mujer de 41 años cuya profesión le permite desarrollar una mente crítica y tener un amplio conocimiento sobre el mundo que le rodea no puede ofrecer un argumento tan pobre. No, no te han engañado, ser madre o padre es maravilloso, porque es el mayor acto de responsabilidad y de solidaridad que puedes llevar a cabo en tu vida como persona.
Pero todo en la vida tiene su parte buena y su parte mala, su parte bonita y su parte fea. El bebé se te puede cagar a lo bestia en el último momento. Imagina que tú y tu marido llevan horas arreglándose para salir hechos unos pinceles a pasar una noche maravillosa y asistir a una obra de teatro que empieza dentro de 20 minutos y que llevan semanas esperando. Están por fin todos preparados, el niño guapísimo y perfumado y tienen el tiempo justo para llegar y aparcar antes de que empiece la obra de teatro. Sin embargo, el oportuno enano se caga entero hasta el punto de que el pañal ya no puede más y la ropa se mancha por completo con una peste vomitiva. Entonces te haces la pregunta: "¿y si meto al niño directamente en la lavadora?".
En ese momento la noche se estropea, te pones de los nervios, corres a cambiarlo, tu marido tiene prisa, carga el coche, no te ayuda, el niño no para quieto, no encuentras otra ropa igual de bonita, las toallitas se enredan, los nervios te desbordan por las prisas y te provocas con la pestilencia del pañal. Al final llegas tarde, con el pelo alborotado, sudada y de mal humor, y la noche no es tan maravillosa como imaginabas.
Esta situación se da una y otra vez en la vida de una madre y de un padre por el simple hecho de que un niño no entiende cuándo es el momento correcto y oportuno de hacer algo. No entiende qué son las prisas, no entiende que el tiempo corre contrarreloj y que ahora no es el momento de echarse la compota por encima porque papá tiene prisa y llega tarde al médico.
Un bebé o un niño es, literalmente, una bomba de imprevistos que explota en el momento más inoportuno.

Asimismo, educar a un ser humano es muy complicado, un niño desarrolla conductas muy diferentes a lo largo de su infancia y hay ocasiones en las que simplemente no sabes cómo reaccionar.
Hay un momento en la vida de todo padre y madre en el que realmente llegas a pensar que no sabes qué hacer, que la situación te sobrepasa, que eres mal padre o madre, que no sirves para eso, que no lo haces bien, que tu hijo es así por tu culpa... Todos esos pensamientos y esa inseguridad son comunes, normales y comprensibles. Pero sigues adelante, aprendiendo cada día, porque comprendes que es eres tú quien aprende de tu hijo, y no al revés.

¿El instinto maternal no existe? Eso es lo que afirma Samanta Villar. Es preocupante, ¿significa que sus mellizos pasan horas llorando solos en la cuna y nadie se levanta a atenderlos porque en casa es de noche y todos tienen sueño? ¿O significa que se caen por las escaleras o meten los dedos en los enchufes y Samanta no acude a socorrerlos? ¿O significa que esos mellizos no reciben un abrazo y un beso de buenas noches de sus padres?
¿Qué es el instinto maternal? El instinto maternal es el amor que sientes por tus hijos, la necesidad incondicional de verlos felices, de luchar por ellos, de protegerles y defenderles, de mantenerlos bien vestidos y alimentados y de hacer todo lo posible para educarlos adecuadamente aunque todo ello signifique renunciar a otras cosss. El instinto maternal no es ser una supermamá o un superpapá  y saber exactamente cómo actuar en cada situación. Cuando tienes un bebé no te dan un libro de instrucciones y el número de teléfono de asistencia para momentos de pánico. Todo lo tienes que aprender solo/a, poco a poco. Eres madre o padre primeriza/o, durante toda tu vida, tengas uno, dos, tres o siete hijos, da igual si son del mismo año o si eres madre desde hace veinte años y te crees toda una experta. Todo cambia con cada niño, empiezas siempre de cero porque cada hijo es diferente y siempre te surgen dudas.

Cambia todo, sí. Ya no duermes igual, no duermes tanto, no duermes tan bien, no comes tan bien, no sales tanto, no disfrutas tanto, tienes otras prioridades, pierdes tiempo en pareja, una ducha se convierte en un lujo a veces, ya no hay tantas salidas al cine o a la discoteca, no puedes seguir una serie de televisión, te duele la espalda de cogerlo tantas veces al día, ya no tienes las uñas y el pelo impecables, sustituyes los tacones por zapatos cómodos, y un larguísimo etcétera. Pero ganas otras cosas tal vez más maravillosas, te ríes más, no hay un día igual a otro porque un niño no entiende de rutinas y horarios y cada día es una aventura, nunca caga o duerme a la misma hora, un día está de muy buen humor y el otro se lo pasa de morros por algo ridículo. De repente aprende a decir mamá, o papá, descubre que se moja si se echa el biberón por encima. A veces llora y ríe sin motivo al mismo tiempo, aprende a jugar a dar sustos, te hace sentirte muy orgullosa por cada paso que da, cada cosa que aprende, cada avance que logra. ¿Y cuando aprende a abrazar o decir "te quiero" y te lo suelta, así, sin más? Sin que tú lo pidas o se lo digas, solo porque a él le apetece... Es mágico.

¿Pierdes calidad de vida? Pues depende de tu manera de ser, de tus ideales, de tus aspiraciones, de tu proyección de vida y de lo que entiendas por "calidad de vida". Hay personas que son egoístas por naturaleza y no soportan el hecho de no dormir, de tener que resignarse a algo, de renunciar a lo que quieren por tener que dar a los demás, de hacer cosas que beneficien o hagan felices a los demás, de dedicar tiempo al resto... Y luego hay personas que están deseando dar, que no soportan tener y no compartir, que se desviven por los demás y que sólo se sienten bien si hacen felices a todos los que le rodean porque eso es lo que les llena.

No sé qué clase de persona es Samanta, pero desde luego es una pena que piense que ha perdido calidad de vida. Sinceramente no veo el por qué. Será que es una persona insatisfecha e inconformista, porque si no, no entiendo que con un trabajo estable, una casa, una pareja estable, etc. haya conseguido eso que tanto anhelaba: ser madre. Y ahora de repente se queje sin más de que no puede dormir.
Yo no soy una madre perfecta, creo que eso no existe, y también me quejo a veces de que estoy cansada y de muchas otras cosas, porque estoy en mi derecho, como todas y todos. Perdona, pero es que no has descubierto la pólvora, miles de mujeres en el mundo han relatado su experiencia en muchas redes sociales, blogs y libros y muestran mediante fotos o testimonios lo horrible que se pasa en el posparto, el puerperio, las noches en vela, los problemas con la alimentación o el sueño en algunos niños, etc. La maternidad es todo un reto y tú lo has perseguido hasta obtenerlo. Si yo soy estudiante y decidí aceptar la inesperada llegada de mi pequeño, hacerle un hueco en mi vida, sacrificar un año de estudios y aplazarlo todo por él. No entiendo de qué te quejascuando tu situación posiblemente es diferente y mejor que la mía de cara a ser mamá.
Ser mamá es durísimo, supone mucho trabajo en poco tiempo, apenas puedes atenderte a ti misma y a veces la casa está echa un desastre, ropa sucia, pisos sucios, platos sucios, y todo se acumula y tus hijos no paran de reclamar tu atención. Te sientes desbordada y muy cansada.

Yo me levanto cada día a las 6:30 de la mañana, voy a clase, vuelvo a casa a la 1 con hambre y cansancio, hago los quehaceres del hogar, hago la tarea de la universidad, voy a buscar a mi hijo a la guardería a las 5 de la tarde y hasta las 8 no para quieto en casa, se sube por las paredes. Intento entretenerlo, jugar con él, ponerle los dibujos, pasar tiempo juntos, etc. Y a las 8 lo duchamos, le damos la cena y tengo que irme a la cama con él de inmediato porque le encanta dormir junto a mí. Por eso a veces no tengo tiempo de cenar, a veces me voy a dormir con el estómago vacío, a veces ni siquiera me puedo duchar.
Y yo feliz, hago colecho con él, me pega patadas en la espalda o las costillas, me pellizca, me muerde, me da en la nariz a medianoche y acaba con mi paciencia, me despierta si tose o tiene calor y su papá está condenado a dormir en el sillón y sufrir dolores de espalda. Me desvelo pendiente de que no se caiga de la cama y lo abrazo, lo beso con todo el amor que siento por él mientras duerme plácidamente sin enterarse de nada.
Y no descanso bien, me levanto cansada, con dolor de espalda y nuevos moratones por sus fuertes patadas. Me levanto con cuidado a las 6:30  de la mañana sin querer despertarlo porque está adorablemente dormido y me quedo boba mirando su carita, preguntándome cómo puede crecer tan rápido y entonces entiendo que aunque he sacrificado mucho, todo vale la pena, por él. Porque yo le di la vida, yo lo vi nacer, yo lo cuido cada día y él me ha enseñado a amar como jamás pensé que sería capaz porque nos ha convertido a mí y a su papá en una familia.

Así que espero que tu visión sobre la maternidad pueda cambiar, que te relajes y te lo tomes todo con más calma. Que disfrutes y pidas ayuda si lo necesitas. Que en tu alrededor te ayuden más. Respira hondo Samanta, ahora eres mamá y no, nada será igual. Pero tienes dos mellizos que te han convertido a ti y a su papá en una familia completa. Así que respira hondo, cierra los ojos y sólo piensa que ellos serán todo lo feliz que tú les permitas ser. Espero que tus mellizos no sientan rechazo ni desapego por tu falta de instinto maternal y que puedas cambiar esa actitud para hacerles crecer felices en plenitud. Un beso de parte de una mamá joven y feliz. Ánimo.



Licencia de Creative Commons
Sobre Samanta Villar y su "instinto maternal" by Laura Zerpa Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://sentiversos.blogspot.com.es/.

No hay comentarios:

Publicar un comentario