Ella cometió el error de enamorarse

de una estrella inalcanzable.

Que parecía bailar 

en el reflejo del mar.

Entristecía cuando amanecía,

pues ya no podía verla.

Decidió dejar de buscarla

y ella dejó señales en su estela.

Un tal vez, un quizás,

la magia del no saber

si perder o ganar.

Puntos suspensivos,

una coma infinita

o tal vez un punto y final.

Quién supo, quién sabe o sabrá.

Escuchó consejos sin seguirlos

y se lanzó ciega al abismo.

Gritaron "no sigas ese camino"

y ella corría con su corazón dormido

sin hacer caso a su sexto sentido.

Esta noche el cielo está oscuro,

las estrellas se han escondido

tras una niebla de murmullos.

Era una muerte anunciada

en cada paso que ella daba

hacia su estrella soñada.

Era una muerte anunciada

en cada una de las palabras

que su mala memoria olvidaba.

Yace en el olvido su corazón dormido

por no hacer caso a su sexto sentido.

Llora en silencio su alma desolada

tras perderlo todo por nada.