No sé en qué momento
se me cuartearon los sueños
porque hoy ya no recuerdo
cómo me tratabas hace tiempo.
No sé en qué instante
viste bien dañarme
para luego abrazarme
y yo de nuevo perdonarte.
Me siento cual libélula,
atrapada en las manos de un gigante,
que ya no vive ni vuela,
y solo busca liberarse.
Nos atrapó la rutina,
nos enredó entre sus manos,
y nos abandonó a la deriva
hasta que nos hemos olvidado.
Somos maletas extraviadas
en algún aeropuerto lejano
esperando ser reenviadas
en otro vuelo privado.
Tu mirada se endemonia
y la mía se emborrona
cuando abres la boca,
esa, tu caja de Pandora.
Hieres sin necesitar un machete,
destrozas sin levantar un dedo,
hiriendo verbalmente
cuando te digo lo que pienso.
Mejor guardo mis palabras,
para no despertar tu bestia.
Mejor me protejo las espaldas
para no activar tu metralleta.
A veces una palabra
causa más daño
que una daga afilada
desangrando todo a su paso.
No sé en qué momento
se me cuartearon los sueños
porque hoy ya no recuerdo
cómo me tratabas hace tiempo.
No sé en qué instante
viste bien dañarme
para luego abrazarme
y yo de nuevo perdonarte.
Ya me callo, ya me aguanto.
A ver si de buenas te pillo
y así, con tu lado santo
enamorada yo convivo.
Así, en modo automático,
ocultándote mi llanto,
y callándome tanto
para que no me hagas daño.
Así, en modo automático,
ocultándote mi llanto,
y callándome tanto
para que no me hagas daño.
Vamos a estar bien,
dame un abrazo.
Es como la otra vez,
son ya muchos años.
Hasta que la rutina nos ahogue
y ya yo no lo soporte.
Hasta el momento en que yo explote
y tú actives tu revólver.
Hasta que traspasemos los límites
y por fin entendamos
que lo que ayer fue "para siempre"
se acaba cuando deja de ser sano.
Hasta que traspasemos los límites
y por fin entendamos
que lo que ayer fue "para siempre"
se acaba cuando deja de ser sano.
Hasta que sujetemos nuestro lápiz
una última vez.
Sólo para escribir la palabra "fin"
y no volvernos a ver.
No sé en qué momento se cuartearon mis sueños,
pero estoy segura de que si lo veo con los ojos bien abiertos,
incluso en el más árido terreno,
incluso en mitad de un desierto...
También crecen brotes nuevos.
Sueños cuarteados by Laura Zerpa Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
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