Hoy por fin puedo afirmar que tengo un
buen motivo para escribirte.
Me
sorprende que tengas el valor, después de todo, de acusarme de abandonarte, de
no quererte y olvidarte.
Dices
que soy fría como el hielo, que tu vida junto a mí fue un infierno y que ya no
te quiero.
Y
yo no sé qué decirte, solo sé que no puedo olvidarte por más que lo intento,
que no paro de pensarte y que no he dejado de amarte, aunque en mi corazón la
confusión no deja lugar a los sentimientos.
Los
recuerdos se amontonan en aquel salón donde un tiempo atrás me robabas la
razón. En aquel viejo sofá en el que me besabas con pasión y me llenabas de ilusión.
Dices
que la culpable fui yo, pero te equivocas, yo no fui quien todo lo destruyó, no
fui quien te abandonó y nunca más te habló.
Piensas
que puedes olvidarme y ni siquiera tienes valor para contestar a mis mensajes.
Crees
que puedes deshacerte de mí fácilmente pero siempre me tendrás presente.
Pronto
la soledad te invadirá y los recuerdos abarrotaran tu mente, pronto hasta verás
mi propio rostro en las caras de la gente y la locura te envolverá en una espiral
demente.
Pronto
recordarás mis besos, mis manos viajando por tu piel, cuando te robaba el
aliento y lo plasmaba en papel, como plasmo ahora todo lo que siento.
Yo
no soy tan cruel como crees, tú sabes que no te miento, sabes que siempre
regresa el ayer y que lo que no perdona es el tiempo. No fui yo quien se fue
como el viento.
No
intentes olvidarme, no lo lograrás, no tardarás en recordarme y pronto por mí
llorarás. Ojala te dieras cuenta de que nunca dejé de amarte, de que no puedo
olvidarte y no dejo de extrañarte. No creas que te guardo rencor, no creas que
te tengo temor y no esperes que te pague con traición porque yo no soy como tú.
Lo que pasó pasó entre tú y yo.
Y
no vuelvas rogando un perdón, no pienses disculparte por cada error, no intentes
atar los lazos desatados de nuestra relación, por favor, no intentes recuperar
mi amor y no vuelvas a robar mi corazón.
No
te negaré que te extraño, que por ti he llorado y que me siento confusa cuando
no estás a mi lado. No te mentiré, el arco iris de mi vida ha perdido su color y
la luz de cada día ya se apagó.
Pero
recuerda, cariño, no fui yo quien sopló las velas para apagar el fuego de nuestro
amor.
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