Hace unos
días estaba viendo las noticias a mediodía en uno de los canales de Atresmedia,
concretamente LaSexta y hubo algo que llamó mi atención. A parte de todas las
noticias nacionales e internacionales relacionadas en su mayoría con asuntos
políticos y sucesos varios, expusieron las duras imágenes de la matanza de calderones que se
lleva a cabo en las islas Feroe (Dinamarca) año tras año. Calificaban las
gráficas imágenes como duras y mostraban abiertamente su desaprobación a dicha
práctica, que en ese lugar se considera una tradición. Ese día no pude evitar
sentir algo de alegría, ya que se estaba visualizando y compartiendo algo
desgarrador e inaceptable que lleva ya muchos años ocurriendo sin que nadie
parezca inmutarse. Es importante saber que se está realizando una
matanza masiva e indiscriminada de cetáceos en ciertos lugares y que
la excusa usada como justificante es la tradición.
Fuente: https://bit.ly/2wWjhsN
Fuente: https://bit.ly/2QeqpcH
Es la misma
corporación de medios de comunicación. Un día muestra su parte más animalista y
activista criticando y poniendo de manifiesto una cruel práctica en otro país y
a los pocos días emite en directo un encierro con toda la emoción que merece el
festejo.
¿Se
imaginan ustedes la situación inversa? ¿Qué dirían los habitantes de las islas
Faroe si ven nuestras corridas de toros y nuestros encierros? Probablemente se
escandalizarían y dirían que nos escudamos en la excusa de que se trata de una
tradición. También dirían que en muchos casos el toro sufre sin necesidad, aun
siendo muy joven, y calificarían la escena como cruel y bizarra sin reparar en
el hecho de que lo que ocurre en sus aguas cada año es algo relacionado.
Fuente: https://bit.ly/2oPkrlZ
Lo que
quiero decir con todo esto es que no se puede tener la hipocresía de criticar
una actuación que implica el sufrimiento animal al mismo tiempo que se
justifica otra que se lleva a cabo mucho más cerca de lo que pensamos. Dice el
dicho que es muy fácil ver la paja en ojo ajeno y no ver la viga en el nuestro.
Aquí o allá. ¿Qué más da? En ambos lugares ocurre lo mismo: crueldad animal.
Dicen que
en las islas Feroe es común ver a niños, incluso de tres años, subirse encima
de las ballenas, serrar sus cabezas e irse a jugar con ellas. Aquí subimos a
los niños de tres años encima de un toro, le enseñamos la belleza del animal y
luego les explicamos que los vamos a matar, les ponemos un capote y les
gritamos ¡olé! Haciendo de la crueldad una práctica divertida.
Fuente: https://bit.ly/2M8U18j
Fuente: https://bit.ly/2pwo80n
Fuente: https://bit.ly/2DCKZS3
Fuente: https://bit.ly/2xA1mcq
En las islas Feroe el mar se tiñe de rojo
y se convierte en un cementerio.
En España cada año mueren toros y becerros
mientras su sangre se extiende por el ruedo.
Fuente: https://bit.ly/2QUfV2s
¿No vale lo
mismo la vida de un toro que la vida de una ballena? Para nosotros no. El toro,
según muchos defensores de la tauromaquia, es un animal nacido para morir en el
ruedo o correr en los encierros, está criado para ello y por eso nunca sufre y
no siente el más mínimo dolor. MENTIRA. Jamás he ido a una corrida de toros, no
he pisado un ruedo y no he corrido un encierro, pero he visto mil imágenes,
gráficas, que muestran toros llorando, sufriendo, jadeando, sangrando,
agonizando y hasta vomitando. He visto cómo dejan parapléjicos a estos animales
al clavarles el estoque en la médula espinal y puedo asegurar tras ver su
mirada moribunda que siente como cualquier otro ser vivo.
Fuente: https://bit.ly/2xzlStw
¿Y la
ballena? Lo mismo. Jamás he estado en esas bahías teñidas de rojo y no me he
subido encima de ninguna ballena para cortar su cabeza e irme a jugar con mis
hijos como si de un premio se tratara. No es ese el futuro ni el legado que
deseo dejarles.
Fuente: https://bit.ly/2xUPqS7
En ambos
casos se trata de una práctica indignante, cruel, inaceptable e injustificable.
A mí persona que forma parte de esta sociedad y que vive en este planeta, me
aterroriza saber que en España se matan toros solo por placer y que en las
islas Feroe se matan ballenas por la misma razón. Me da igual la tradición, me
da igual los motivos, me da igual que se intente justificar y demostrar que el
animal en cuestión no siente nada porque hasta yo misma he comprobado que al
escachar una hormiga con el dedo esta agoniza hasta morir. He visto como una
orca trasladaba el cuerpo sin vida de su cría durante más de 15 días mientras
su familia la seguía mostrando total respeto en un doloroso duelo, he visto
cómo un orangután se enfrentaba a una excavadora para evitar la destrucción de
su hábitat, he visto cómo otro orangután golpeaba con una piedra la cristalera
de su jaula en un zoológico rogando libertad con la mirada, he visto cómo un
perro lloraba desesperado al saber que su familia lo había abandonado, he visto
la agonía de una caballo exhausto tras tirar horas y horas de un carro, he
visto a un loro pegado a una pared en la que se apreciaba la pegatina de un
mural con motivos relacionados con la naturaleza, sólo para sentir algo de
libertad.
Fuente: https://bit.ly/2MY3zTR
Fuente: https://bit.ly/2sKENOQ
Fuente: https://bit.ly/2MSpqMx
Fuente: https://bit.ly/2PWQs7g
Fuente: https://bit.ly/2pwoHY3
Fuente: https://bit.ly/2QRnneZ
Fuente: https://bit.ly/2xyX2KE
¿Cómo he
visto tantas cosas bizarras? Documentándome. He leído informes, noticias, webs,
blogs, revistas, etc. He visto documentales y he querido saber más. Porque el
problema no está en que la sociedad no sepa, el problema está en que no quiere
saber. Porque la sociedad oye, pero sólo escucha lo que le interesa. Aquí los
toros no se tocan, son nuestra fiesta. No hay debate, no hay discusión, porque
no interesa. No se trata sólo de la “tradición” sino del dinero que se genera.
Y es justo ahí, cuando entra en juego el dinero, que muere la ética.
Hace algunos días también fue noticia la actuación de un grupo de activistas que se lanzaron
con pancartas a las aguas de la piscina de los delfines en medio de un
espectáculo en el Loro Parque de Tenerife. Personalmente me ha entristecido
mucho ver las imágenes, pero no por el hecho de que interrumpieron el
espectáculo sino por la reacción del público. Ya de por sí no considero
educativo, racional, ético ni correcto acudir a un lugar donde tienen
encerrados a tantos animales y donde encima se genera dinero a costa de
drogarlos y obligarlos a realizar espectáculos diarios. Además de ir y pagar
una entrada para ver semejante escena, abuchean a las personas que lo único que
quieren es abrir los ojos al público que está allí engañado, porque se ha
tragado la publicidad de la empresa, porque se ha creído las mentiras que les
han contado sobre el “bienestar” y la “conservación” de los animales que pueden
ver allí. Esas personas sólo han intentado llamar la atención para removerles
la conciencia y hacerles ver que lo que han hecho al pagar la entrada a Loro
Parque es pagar y financiar la crueldad animal. Ni más ni menos. Por mucho que
se lo quieran maquillar con purpurina rosa y con un lindo antifaz bajo el
nombre de bienestar animal. ES CRUELDAD.
Fuente: https://bit.ly/2MY584b
Fuente: https://bit.ly/2pyaWZ6
Fuente: https://bit.ly/2NDarva
No
aprendemos y no avanzamos como sociedad, no somos conscientes de que los
animales que vemos en zoos, circos, acuarios o parques temáticos algún animal,
no pensamos en todo lo que hay detrás. Hay sufrimiento, chantaje, abuso, uso de
fármacos, cautividad, separación de sus familias, destrucción de su hábitat,
enfermedades, lesiones físicas y psicológicas y un sinfín de perjuicios que
finalmente desembocan en la muerte prematura de muchos ejemplares. Eso está
detrás, pero no lo muestran porque no les interesa, porque no nos interesa y no
queremos verlo. No queremos saberlo porque es mucho más fácil vivir la parte
bonita de la vida, sin preocuparnos, sin pensar, sin mirar atrás, sin ver el
lado feo.
Pero todo
aquello que hacemos, absolutamente todo, tiene un efecto. Aunque creamos que no
nos afecta, ese es nuestro mayor defecto. Nos estamos matando al matarlos a
ellos, nos estamos condenando a un futuro incierto en el que los polos se
derriten y las especies se extinguen. Se están muriendo y nosotros con ellos.
Así que, por favor, paremos, pensemos y, de una vez por todas,
¡ACTUEMOS!
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