Hoy se celebra el Día Mundial de los Océanos y recordamos que nuestros mares son espectaculares, que están llenos de especies impresionantes y, lo más importante, que de estos mares depende nuestra existencia.
Sin embargo, mañana nos olvidaremos de todo esto, dejaremos de recordar la importancia de cuidar nuestro entorno y volveremos a la playa en días soleados, tiraremos mascarillas, colillas, desechos y plásticos que van a parar a los océanos.
Lo que no mata engorda.
Es decir, aquellos desechos que no mate a las especies marinas, serán ingeridos por éstas y, al pescar para alimentarnos, serán ingeridos por nosotros mismos, que podemos desarrollar numerosas infecciones y enfermedades mortales.
La materia no se crea ni se destruye, solo se transforma.
Hemos leído y escuchado miles de campaña durante tantos años que tratan de concienciar a la sociedad sobre lo mucho que tarde en degradarse nuestra basura. Una lata, una colilla, un bastoncillo, lo que sea. Aún así, hemos normalizado acudir a una playa y divisar colillas y microplásticos en la arena, pasear por un barranco y ver envoltorios por todos lados. ¿Por qué?
¿Por qué seguiremos ensuciando y contaminando nuestro entorno, acabando con especies esenciales para nuestra supervivencia, visitando acuarios y consumiendo a un ritmo insostenible aún sabiendo que no existe un planeta B?
En las Islas Canarias hay un sonar peinando cada centímetro de las costas atlánticas en busca de dos niñas que han desaparecido en Tenerife y lo único que han logrado encontrar ha sido plásticos, envoltorios, bastoncillos, colillas, restos de redes de pesca, etc.
Ahora tenemos que sumar las mascarillas. ¿Tan difícil es cortar los dos elásticos y tirarlas a la basura? Es un simple gesto que marca una gran diferencia.
Hace unas semanas unos científicos se sumergieron a distancias históricas, casi rozando el lecho marino, con la esperanza de encontrar especies hasta ahora desconocida. Usaron la última tecnología, en la que habían invertido grandes sumas económicas y ¿qué descubrieron? Un fondo plagado de plástico.
Es triste que grandes empresas como Loro Parque o Poema del Mar proclamen que cuidan el medioambiente y celebren con campañas de marketing el día mundial de los océanos mientras se dedican a secuestrar especies libres de sus hábitats naturales y encerrarlas en diminutas peceras, drogarlas y obligarlas a convertirse en payasos para deleite de un público ignorante que paga por ver semejante espectáculo mientras da la espalda en su butaca a un mar plagado de vida que ruega ayuda a gritos.
Vivimos como si fuéramos el centro del universo, poema que, por cierto, escribí haciendo una crítica reflexiva sobre lo poco y lo mal que cuidamos los océanos.
Supongo que así funciona el mundo, el billete prevalece y se consigue cueste lo que cueste.
De momento, yo seguiré evitando por todos los medios contribuir a este descalabro.
Seguiré aportando mi granito de arena para respetar el mar, la tierra y todo lo que nos rodea, porque soy consciente que de ello depende nuestra supervivencia.
Y sí, seguiré escribiendo reflexiones, críticas, poemas y cualquier cosa que salga de mi puño y letra para lograr que cada vez sean más las mentes despiertas.
Para seguir aportando, a quienes de verdad les interese este tema y hayan leído hasta aquí (gracias), les aporto unos cuantos links de interés que quizás les resulten útiles:
https://cnnespanol.cnn.com/video/ropa-sintetica-plasticos-oceano-contaminacion-pkg-digital-original/
https://es.greenpeace.org/es/trabajamos-en/oceanos/
https://es.unesco.org/DiaMundialdelosOceanos
https://www.fundacionaquae.org/dia-mundial-de-los-oceanos/
Existen, literalmente, islas de plástico y basura flotando en mitad del océano.
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